Rutinas de Pensamiento: Pensar para aprender

¿Cómo podemos hacer que los estudiantes sean mejores pensadores? Esto es lo que buscan las rutinas de pensamiento, haciendo visible lo que se aprende. Son sencillas, fáciles de aprender y pueden ser usadas varias veces en el aula.

Las rutinas de pensamiento nacen en el centro de investigación Project Zero de Harvard, como parte del Proyecto “Pensamiento visible” y proponen diferentes rutinas que facilitan diferentes tipos de pensamiento. Incluso, plantean rutinas que pueden usarse en varias formas de pensamiento.

“Visible thinking” es un proyecto que surge a partir de numerosas investigaciones en las aulas de clase y concluye que los conocimientos y la adquisición de habilidades son importantes pero no son suficientes; por lo tanto, los estudiantes deben ser preparados para enfrentar situaciones de la vida real en las que el pensamiento y la capacidad de aprendizaje son imprescindibles.

“La idea central de Visible Thinking es muy simple: hacer visible el pensamiento.” No se concibe el aprendizaje de la escritura, si el lápiz y la goma son invisibles, del mismo modo, no podemos concebir el aprender a aprender o aprender a pensar sin hacer visible el pensamiento que permanece oculto en nuestro interior” (Perkins, 2003).

La propuesta de Perkins (1998) es que los niños necesitan desarrollarse inmersos en una cultura del pensamiento, para que al llegar a la juventud y luego a la adultez, puedan estar atentos y hacer frente a situaciones complejas, como organizar el tiempo y establecer estrategias eficaces de estudio, poder entender el punto de vista de otra persona aunque piense diferente, ser críticos frente a un discurso, encontrar diversos caminos cuando una situación aparenta no tener solución, etc.

¿Cómo podemos hacer que los estudiantes sean mejores pensadores? Esto es lo que buscan las rutinas de pensamiento, haciendo visible lo que se aprende. Son sencillas, fáciles de aprender y pueden ser usadas varias veces en el aula.

Las rutinas de pensamiento nacen en el centro de investigación Project Zero de Harvard, como parte del Proyecto “Pensamiento visible” y proponen diferentes rutinas que facilitan diferentes tipos de pensamiento. Incluso, plantean rutinas que pueden usarse en varias formas de pensamiento.

“Visible thinking” es un proyecto que surge a partir de numerosas investigaciones en las aulas de clase y concluye que los conocimientos y la adquisición de habilidades son importantes pero no son suficientes; por lo tanto, los estudiantes deben ser preparados para enfrentar situaciones de la vida real en las que el pensamiento y la capacidad de aprendizaje son imprescindibles.

“La idea central de Visible Thinking es muy simple: hacer visible el pensamiento.” No se concibe el aprendizaje de la escritura, si el lápiz y la goma son invisibles, del mismo modo, no podemos concebir el aprender a aprender o aprender a pensar sin hacer visible el pensamiento que permanece oculto en nuestro interior” (Perkins, 2003).

La propuesta de Perkins (1998) es que los niños necesitan desarrollarse inmersos en una cultura del pensamiento, para que al llegar a la juventud y luego a la adultez, puedan estar atentos y hacer frente a situaciones complejas, como organizar el tiempo y establecer estrategias eficaces de estudio, poder entender el punto de vista de otra persona aunque piense diferente, ser críticos frente a un discurso, encontrar diversos caminos cuando una situación aparenta no tener solución, etc.

Los buenos pensadores lo que hacen es pensar con creatividad,
críticamente y profundamente y han desarrollado el hábito de observar, analizar y cuestionar.

Los investigadores de Project Zero de Harvard han encontrado que estas rutinas pueden enseñarse y por ello invitan a los estudiantes de cualquier edad a ser observadores cercanos, a organizar sus ideas, a razonar cuidadosamente y a reflexionar sobre cómo le dan sentido a las cosas.
Entonces, ¿qué son las rutinas de pensamiento? Son por ejemplo conjuntos de preguntas o una secuencia sencilla de pasos que puede llevarse a cabo con una persona o con un grupo.

Por ejemplo:
VER-PENSAR-CUESTIONAR
¿Qué observas, qué crees que está sucediendo? ¿Qué te hace preguntarte?

CONECTAR-EXTENDER-RETARSE
¿Cómo se conecta esto con lo que sabías antes? ¿De qué formas nuevas esto puede ampliar tu pensamiento? ¿Qué retos o interrogantes te surgen?

desarrollar diferentes formas de pensar: razonar, indagar, reflexionar, explicar, observar, atender, planear, decidir, interpretar, extraer. Además, pueden adaptarse a cualquier contexto y pueden usarse sin entrenamiento o experiencia previa.

En la medida en que los estudiantes van practicando van volviéndose más sensibles a las oportunidades para usar sus diversas maneras de pensamiento, ayudándoles a desarrollar habilidades mentales y estimulando su creatividad dentro y fuera del salón de clases.

Dada la cantidad de rutinas de pensamiento que existen, lo ideal es escoger solamente una y practicarla hasta comenzar a notar los resultados. Luego será más fácil ensayar otras rutinas para estimular otros tipos de pensamiento, como por ejemplo: hacer preguntas profundas, hacer conexiones, generar explicaciones. Pensar, plantear enigmas, explorar, plantear ideas retadoras, explorar diferentes perspectivas, etc.

Con las rutinas de pensamiento se logra alimentar y mantener a los aprendices en la indagación. Si, toma tiempo usar rutinas de pensamiento en su aula, pero se cultiva una comunidad de pensadores con la cultura de pensar, apoyando a los estudiantes para que se vuelvan activos en su búsqueda compartida de una comprensión más profunda de las cosas.