Uno de los procesos que se requieren para el diagnóstico correcto es la Evaluación Neuropsicológica donde se aplican pruebas de inteligencia, atención, memoria, lenguaje, funciones ejecutivas, etcétera. Además, se administran cuestionarios de síntomas y de comportamiento que diligencian los padres y los profesores del paciente para recolectar la mayor cantidad de información que sea posible.
Una vez confirmado el diagnóstico y obtenido el perfil neuropsicológico a partir de las pruebas cognitivas, podemos diseñar un programa de Estimulación Cognitiva para intervenir sobre aquellas funciones que están alteradas, como la atención, la memoria de trabajo y la velocidad del procesamiento de la información. Durante el proceso de Estimulación Cognitiva también se entregan estrategias de manejo a padres y a profesores con el objetivo de minimizar el impacto de las dificultades atencionales y de conducta sobre el rendimiento académico del paciente.